viernes, 7 de noviembre de 2014

CONSEJO DE DIÁLOGO SOCIAL: LA INSTITUCIONALIZACIÓN ES LA MUERTE DEL MOVIMIENTO OBRERO

Es difícil justificar lo injustificable. Y es injustificable la creación del Consejo de Diálogo Social de Navarra. UPN y PSN han salido al rescate de UGT y CCOO, y casi cualquier crítica que se haga a este chanchullo probablemente incluso se queda corta. A mí me interesa principalmente alertar de las graves consecuencias que tiene el hacer creer que la acción sindical en general, y la negociación colectiva en particular, no deben ni ocupar ni preocupar a la clase trabajadora.

El señor Lekunberri justificaba el Consejo de Diálogo Social argumentando que puesto que el sindicalismo, a través de la negociación colectiva presta un servicio al conjunto de la clase trabajadora, del que se benefician tanto afiliados como no afiliados, es lógico pensar que los sindicatos deban recibir subvenciones.

Olvida Lekunberri que la financiación del Consejo de Diálogo Social está condicionada a pertenecer al mismo, lo que supone el acompañamiento de las políticas que se están haciendo, cuyas consecuencias, más que evidentes, no son sino el empobrecimiento generalizado de la población y la destrucción de los servicios públicos precisamente cuando más necesarios son.

Y decir que el sindicalismo debe estar financiado porque presta un servicio al conjunto de la ciudadanía, es tanto como decir que una élite sindical se va a ocupar de solucionar, desde la participación institucional, los problemas de los y las trabajadoras. El despotismo ilustrado del siglo XXI: "todo para el pueblo, pero sin el pueblo". Anestesia para la ciudadanía cuando debería fomentarse lo contrario.

Los derechos de la clase obrera, tanto en el pasado como en la actualidad, ni se otorgan, ni se regalan. Se conquistan. Y para ello es imprescindible una correlación de fuerzas que permita plantar cara a una patronal a la que le han dado por ley todo lo que ha pedido y que no se conforma, porque es insaciable.

Un sindicato no es un fin en sí mismo, como deben pensar quienes pretenden perpetuarse dentro del régimen. Un sindicato no es sino un instrumento a través del cual los trabajadores nos organizamos para defender colectivamente nuestros intereses. Hay que ser capaces de que la patronal tema las consecuencias de negar nuestros objetivos y reivindicaciones. Sólo en los ámbitos de negociación en los que seamos capaces de esto, seremos capaces de lograr y/o mantener condiciones dignas de trabajo.

Es imposible una negociación colectiva de verdad sin la participación de los y las trabajadoras, al igual que es imposible un sindicato que defienda este modelo de negociación sin afiliación. Porque de lo contrario acabas dependiendo de unos fondos que conceden precisamente los mismos que llevan décadas defendiendo los intereses de la élite económica y empresarial.

Quienes optamos por militar en un sindicato libre, autónomo económica y políticamente sabemos que lo que tenemos que hacer es muy complicado. Pero también sabemos que a través de un sindicalismo subvencionado es imposible.

La institucionalización es la muerte del movimiento obrero. Por ello la creación del Consejo de Diálogo Social es una muy mala noticia para la clase trabajadora navarra. Dinero bien empleado para quienes pretenden que todo siga igual.